dimecres, 28 d’abril del 2010

La metamorfosis de Alicia: de niña a mujer


Alicia en el país de las maravillas (2010) es un remake del clásico homónimo de Lewis Carrol, pero de la mano del famoso director Tim Burton, que cuenta para esta ocasión con un reparto VIP: el bipolar Sombrerero Loco (Johnny Depp), el Conejo Blanco (voz de Michael Sheen), los aterradores gemelos Tweedledee y Tweedledum (voz de Matt Lucas), el aún más espeluznante Gato de Cheshire (voz de Stephen Fry) y otras criaturas que intentan un golpe de estado a favor de la medio-hippie Reina Blanca (Anne Hathaway).

En esta ocasión la no tan joven Alicia (Mia Wasikowska) vuelve al país de las maravillas del mismo modo en el que ya lo hizo en la primera ocasión: el conejo blanco la guía hacia el agujero por el que ha de caer. Sin embargo, y después de varias escenas características de la primera versión, es presentada al espectador como una nueva Alicia, puesto que ella misma “lucha” durante toda la película para que los personajes que la vieron en su primera visita la reconozcan tal y como se la conoció; en uno de los brillantes diálogos del sombrerero loco (Johnny Deep), se dice que Alicia “ha perdido su muchedad”.

En el transcurso de la acción, rodeado de un ambiente con tintes oscuros típicos de los films de Burton, Alicia acabará siguiendo las predicciones escritas en el oráculo de la oruga (pero no de forma voluntaria sino mas bien fortuita), y se enfrentara contra uno de los monstruos de la reina roja, y tras vencerlo se restaurará el orden en el país de las maravillas y terminará con la rivalidad entre las dos reinas.

La historia de la película se ha de entender como la vuelta del personaje principal, Alicia, al mundo de las maravillas y no como un intento de reproducir la película original, es por eso que quizá haya recibido diversos comentarios negativos. No obstante y aunque se haya tildado a la trama central como superficial, el argumento sí tiene varias lecturas; las mas significativas se encuentran explicadas dentro de los personajes, su caracterización y sus actitudes.

El personaje de Alicia tiene una trayectoria de evolución a lo largo de la película. Primeramente se nos presenta con una actitud irreverente y desafiante ante las costumbres de la sociedad burguesa tradicional. Seguidamente, Alicia es caracterizada con una actitud infantil al más estilo Peter Pan tras dejar en el altar a su pareja concertada para ir detrás del conejo blanco. Una vez en el país de las maravillas, adopta una actitud de rebeldía tras declinar seguir con lo que el oráculo de la oruga tiene escrito para ella. Acto seguido, se convierte en una heroína valiente que se enfrenta contra una enrome criatura. Finalmente y tras su nuevo paso por el mundo de la fantasía, la madurez se apodera de ella y planta cara a los problemas del inicio del film: decide no casarse con el Lord y romper así con el modo de representación antiguo de que la mujer ha de casarse con un hombre para que su vida funcione y adquiera un estatus social importante.

Sin embargo esta afirmación se contradice dentro de la película mediante una de las tías de Alicia. Ésta aparece caracterizada como una persona desequilibrada, sola y un tanto marginada, al haber rechazado “su destino” de contraer matrimonio con un ricachón y como ejemplo de lo que les pasa a las mujeres que no se casan con un hombre. Así lo afirma una de las primas de la protagonista al recomendarle que acepte su destino y se case, pues la belleza de los 20 años no dura eternamente.

Aunque para muchos, esta versión de Tim Burton no aporte más que un alarde de lo que la tecnología es capaz de hacer, para el mundo de los estereotipos, la neo-Alicia es una lucha contra ciertos cánones muy arraigados. La historia de por si tiene como protagonista a una mujer que se encuentra sola, que decide sobre su destino y que no se apoya en la constante ayuda de la figura masculina. Es la propia heroína de la película, la que decide enfrentarse contra una bestia y no esperar a que su príncipe azul la salve. Es algo realmente remarcable en esta producción de Disney, puesto que esta misma factoría ha divulgado el estereotipo de mujer indefensa en varios de sus títulos famosos.

Además, otros personajes como la reina Roja (Elena Bonham Carter), recuerdan a la mano dura de los líderes políticos del pasado y a su tiranía y crueldad, que finalmente pierden su posición tras una sublevación del pueblo al que dominan; además de lanzar el mensaje de que “vale más una reina amable, que una reina temida”.

La mezcla de la fantasía con la realidad, junto a la espectacularidad de la producción en 3D hace que la vuelta de Alicia al país de las maravillas suponga un guiño a su autor original, así como toda una declaración de intenciones a favor del feminismo. Las futuras producciones cinematográficas deberían de adquirir ciertos patrones muy bien enmarcados en este film a fin de poder establecer una relación de iguales entre sexo masculino y sexo femenino.

Por Nacho Cruz Tortosa

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